El campo luce todo su esplendor en estos ocres dorados del Otoño. Los troncos, con el movimiento de sus ramas, parecen danzar sobre la alfombra rojiza de hojas caídas. Una vez más, el ciclo vital de la Naturaleza, siempre generoso, nos ofrece este regalo para la contemplación.
Si el paisaje fuera un escenario y los árboles sus figurantes, este árbol del primer plano parecería contornearse en un desesperado movimiento de brazos que se alzan al cielo, tal vez, suplicando alguna suerte de auxilio o ayuda...
No cabe otro comentario que el asombro por tanta explosión de tonos y colores.
ResponderEliminarEl campo luce todo su esplendor en estos ocres dorados del Otoño. Los troncos, con el movimiento de sus ramas, parecen danzar sobre la alfombra rojiza de hojas caídas. Una vez más, el ciclo vital de la Naturaleza, siempre generoso, nos ofrece este regalo para la contemplación.
ResponderEliminarMe encanta, como has jugado con los colores del otoño en las hojas y la desaturación de las ramas.
ResponderEliminarMuy buena, me ha gustado mucho.
Saludos,
Si el paisaje fuera un escenario y los árboles sus figurantes, este árbol del primer plano parecería contornearse en un desesperado movimiento de brazos que se alzan al cielo, tal vez, suplicando alguna suerte de auxilio o ayuda...
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